“TODOS SOMOS EL
CAMBIO”
“Todos
somos el cambio” es una historia de transformación que llena de orgullo a la
comunidad Olayista, pues la Institución ha sido protagonista de un gran cambio
en los últimos años. Es de resaltar
que al momento de iniciar
este proceso era constante en el
ambiente educativo la violencia entre iguales, el desconocimiento de figuras de
autoridad, la solución de conflictos por sus propios medios, en muchos de los
jóvenes un proyecto de vida basado en el consumismo, el individualismo y la
competitividad extrema; además de la creación de prototipos de vida por parte
del narcotráfico debiqado a la presencia de grupos armados ilegales y algunos
lugares dedicados al expendio de sustancias alucinógenas y la utilización
desmedida de redes sociales para relacionarse con los otros desconociendo a
quien se tiene al lado.
La comunidad educativa Olayista, está conformada por una población
de estratos socioeconómicos 1 y 2; familias en donde se evidencia ausencia de
pautas de crianza e hijos que permanecen solos debido a que sus padres o
adultos responsables deben trabajar largas jornadas para poder cubrir sus
necesidades básicas; dicha situación obliga a muchas familias a optar por
trabajos informales o a hacer parte de la población
flotante del entorno. Además de lo anterior, se encuentran también situaciones
de maltrato y vulneración de derechos, violencia intrafamiliar y violencia de género.
Siendo conscientes que no está en nuestras
manos la solución
total y/o erradicación de muchas de estas problemáticas, pero sí, mitigar impactos y
permitir que la visión de los directamente afectados se esclarezca y se
conviertan en agentes transformadores de su entorno social, se retoma un
proceso de reflexión y análisis al interior de la Institución, el cual comienza
en el año 2008 a través de algunas preguntas: ¿cómo intervenir esas situaciones
que viven los estudiantes?, ¿cómo generar un ambiente de sana convivencia?,
¿cómo lograr la permanencia y constancia de los estudiantes dentro de la vida
institucional? ¿cómo aportar a nuestros estudiantes y lograr la construcción de
tejido social?. Estas y otras preguntas dieron cuenta de la necesidad latente de fortalecer todos los procesos
no sólo desde el cumplimiento de las leyes emanadas
en la Carta Magna y el Ministerio de Educación Nacional, sino también desde el
compromiso y el deseo de llevar a la práctica el lema institucional
“Comprometidos con la ciencia, la cultura y los Derechos Humanos”.
De igual manera, es necesario reconocer que hablar de convivencia en las Instituciones Educativas no es nada nuevo; constantemente se hacen alusiones y sugerencias, se promueven leyes y programas que implican la necesidad de implementar estrategias que fortalezcan la convivencia escolar, entre estas, la Constitución Política de Colombia de 1991 desde su preámbulo; Ley 1075 de 2015 ,Ley General de Educación 115 de 1994 en su artículo 87; Ley de infancia y adolescencia 1098 de 2006 artículo 1, Ley 1620 de 2013 y el Decreto 1421 de 2017 de educación inclusiva para población con discapacidad.
Pero de nada sirve dicha fundamentación legal si las instituciones
no asumen el protagonismo que ello requiere. En consecuencia, el PEI de la
Instituciòn concibe la convivencia como un valor que debe “girar en torno a un
proceso educativo orientado a la formación del ser humano; creando armonía en
las relaciones de cada uno y su entorno, mejorando siempre la calidad de vida
de los individuos”. (Herrera, Institución Educativa Enrique Olaya, 2018, pág. 21).
PEI
Es precisamente a partir de esta convicción, que la Institución se
ha propuesto como meta transformar las prácticas pedagógicas, fundamentando
éstas en la vivencia de los Derechos Humanos, el respeto por la diferencia, el
aprovechamiento de las habilidades, destrezas y el reconocimiento y superación
de las limitaciones de los actores que intervienen en la comunidad educativa;
favoreciendo asì la inclusión, la sana convivencia, el desarrollo personal y
como consecuencia, el institucional y social. Igualmente, convencidos de que,
como lo argumenta (Echavarría Grajales, 2003) “en la escuela se producen intercambios humanos intencionados al
aprendizaje de nuevos conocimientos, al desarrollo de competencias cognitivas,
socio- afectivas, comunicativas, etc. y a la construcción de la identidad de
los sujetos como individuos y de la escuela como comunidad que convoca y genera
adhesión”, la institución a través de su modelo
pedagógico Social-cognitivo, no es ajena
a dichas dinámicas
y por ello busca
“formar niños, niñas y jóvenes autónomos y críticos de su papel activo en la
sociedad, con base en la reflexión y la creatividad, encaminadas hacia el
cambio de las necesidades políticas,
ideológicas, sociales y educativas”. (Herrera, Institución Educativa Enrique
Olaya, 2018, pág. 51).
Es importante mencionar que dentro de las metas y prioridades de la experiencia: “TODOS SOMOS EL CAMBIO”, las cuales se han planteado en el tiempo, están:
1.
Visualizar la Institución como un
entorno protector que propicia espacios de interacción y desarrollo de las
potencialidades de cada uno de sus individuos.
2.
Concebir a un estudiante que se
identifica con la visión, misión y filosofía institucional, como se describe en
el perfil del estudiante plasmado en el PEI.
“Todos somos el cambio”, se ha convertido en una premisa
institucional que ha sido abordada desde los diferentes estamentos, comités y
proyecto institucionales; su impacto se ve reflejado en el actuar de los
diferentes miembros de la comunidad educativa quienes de manera espontánea se
vinculan a la generación y aplicación de estrategias conducentes al
fortalecimiento de los lazos escuela-entorno-familia.
Es así como se evidencia que desde el Comité de Convivencia Escolar
se direccionan acciones encaminadas al fortalecimiento de las relaciones interpersonales, la seguridad y la sana convivencia de la
comunidad educativa. Para lo anterior, cuentan como carta de navegación con lo
planteado en la Ley 1620 de 2013, con lo establecido en el Manual de Convivencia Escolar y
con el manual de funciones de dicho comité.
De
la misma manera, los proyectos Pedagógicos establecidos como
obligatorios para todos los niveles de la educación formal, que “se conciben
como una apuesta al desarrollo de competencias básicas y ciudadanas a través de
todas las dinámicas institucionales en cada plantel educativo y desde un enfoque
transversal al currículo”. (Agudelo, 2017); se
convierten en la oportunidad privilegiada para trabajar la inclusión desde el
respeto por la diferencia y los Derechos Humanos, combatiendo problemáticas
como el racismo, la discriminación, el abuso sexual y la xenofobia. Siguiendo
la misma línea, en la Institución se cuenta con otros proyectos propuestos por
iniciativa propia que se desarrollan al interior de esta y que se consideran,
al igual que los obligatorios, como fundamentales al momento de plantear y
desarrollar la propuesta.
“Todos somos el cambio” cuando se logra estructurar el proyecto (PAE) y se vivencia: “comer en familia nos une”, ya que en espacios como el comedor los estudiantes asumen una actitud de servicio al otro y se rescata la mesa como el lugar donde se comparte una charla amena mientras se consumen los alimentos.
“Todos somos el cambio” cuando a través de la implementación del teatro, las artes escénicas y la chirimía Olayista se ha logrado aflorar en los estudiantes las complejas conexiones que se tienen con el afecto, la emoción, la sensibilidad y la intelectualidad en una acción crítico reflexiva desde un proceso generado por la práctica artística para la comprensión de las diferentes visiones sobre sí mismo, el otro, la vida y el mundo y sus complejas interrelaciones en la convivencia. Evidencia 1
“Todos somos el cambio” cuando en la feria de Emprendimiento se ven potenciadas las habilidades productivas de los educandos a través de un proceso de creación y consolidación de empresa durante el año académico, para ser expuesto a la comunidad educativa bajo parámetros de creatividad, trabajo en equipo y equidad.
“Todos somos el cambio” cuando se participa en los torneos interclases, inderescolares e Indercolegiados, semilleros deportivos y dancísticos en horario extracurricular, donde prima el juego limpio, el respeto por todos los participantes, las barras y el juzgamiento.
“Todos somos el cambio” cuando desde las Rondas infantiles se generan espacios para la construcción de tejido social, con el trabajo en equipo, el liderazgo y el reconocimiento y la aceptación de las similitudes y diferencias con el otro.
“Todos somos el cambio” cuando se realizan conferencias de prevención de la drogadicción con el apoyo de personal externo como la Policía Nacional y el Director de Metrosalud El Raizal y su equipo de enfermeras, apuntando hacia la autoconservaciòn y el amor propio.
“Todos somos el cambio” cuando el proyecto de comunicaciones, genera procesos comunicativos organizativos y pedagógicos permanentes al servicio de la comunidad educativa, que permiten mejorar los niveles de convivencia, fortalecer interrelaciones y mejorar la calidad de vida de los estudiantes.
“Todos somos el cambio” al desarrollar campañas ambientales y de mejoramiento físico de la institución, meta a la que se ha logrado vincular personal externo, entre ellos, Bancolombia, Dividendo por Colombia, Banco Itaú, Protección, Mesa Ambiental de la Comuna 3 y todos los actores institucionales, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la conciencia ambiental.
“Todos somos el cambio” cuando la Escuela Familiar abre sus puertas a todos los miembros de la Comunidad Educativa, buscando incidir profunda y positivamente en las relaciones familiares, los hábitos y la sana convivencia en los diferentes ámbitos del entorno educativo de los educandos. Lo anterior con el apoyo y asesoría de profesionales y entidades gubernamentales como el Grupo DARE de la Policía Nacional, enfermeras de Metrosalud y ONGs como la Fundación NIFES.
Las anteriores acciones, han sido puestas en marcha gracias a la
voluntad de estudiantes, padres de familia, docentes, directivos, funcionarios
y agentes externos que han permitido que la Institución Educativa Enrique Olaya
Herrera, grite con orgullo “Todos somos el cambio”.
Es preciso mencionar que a nivel Institucional todo lo anterior es
permeado por dos proyectos que transversalizan a los demás y a las áreas. Ellos
son:
El proyecto de DDHH, el cual ha fortalecido el
respeto por la diferencia y los Derechos Humanos a través de su cátedra de Paz
y Derechos Humanos, apoyada en el desarrollo de talleres y actividades
pedagógicas curriculares como Foros institucionales
sobre Democracia, inclusión y DDHH en escenarios educativos (2016) y Educación
al banquillo (2017)- experiencia que ha sido reconocida desde la Red de Memoria
y Paz y será expuesta en Bogotá. Es
de resaltar, que este proyecto ha sido postulado a premios de calidad (2015 y
2016- siendo finalista en este último año).
El proyecto de sexualidad y construcción de ciudadanía (PESCC), desde el que se desarrolla una propuesta integrada y articulada a la inclusión y la sana convivencia Institucional, muestra de ello, son los talleres y reflexiones que se vienen desarrollando desde el año 2015, favoreciendo el establecimiento de relaciones positivas y saludables. Es de destacar que el colegio vivió la transición de un estudiante de grado 11 -en el año 2016- quien comenzó a portar uniforme femenino sin ser víctima de persecuciones o malos tratos por parte de los miembros de la institución, llegando a posicionarse como líder estudiantil que promoviò el primer foro de ciudad realizado en ese mismo año, donde se pretendía que los diferentes miembros de la comunidad educativa y demás participantes del evento, reflexionaran sobre el reconocimiento y respeto por la diferencia, sin importar su sexo o etnia, favoreciendo la equidad e igualdad entre todos. Cabe mencionar también, que a este proyecto se han vinculado entidades como Metrosalud, Cultura del cuidado del Entorno Educativo, Territorios Seguros-Secretaría de la Mujer, las cuales han enriquecido el desarrollo de las diferentes propuestas del proyecto.
Aunque se han tenido avances significativos en cuanto se ha logrado interiorizar en la comunidad Olayista que “Todos somos el cambio”, la experiencia significativa no está exenta de dificultades para lograr consolidarse, pues se evidenciaron diversas problemáticas, destacándose: falta de continuidad en los procesos por los cambios constantes de administrativos y docentes, alta deserción estudiantil, descontextualización del PEI, falta de un Manual de Convivencia Escolar contextualizado y ajustado a la normatividad vigente, falta de presupuesto para desarrollar las diferentes actividades y prácticas pedagógicas, pero sobre todo, el escepticismo de muchos integrantes de la comunidad educativa que obstaculizaban los diferentes procesos, pues no creían en la posibilidad de una transformación. Sin embargo, estas problemáticas no fueron un obstáculo para desarrollar la propuesta, ya que se partió de las fortalezas que se tenían y se comenzó el proceso de involucrar a todos en la subsanación de las dificultades detectadas, entre las cuales se puede poner como ejemplo la falta de compromiso, la cual fue disminuyendo en la medida que se optó por la integración voluntaria de estudiantes a los proyectos y actividades institucionales, a su vez, se distribuyeron los docentes de acuerdo a sus fortalezas, se permitiò la adhesiòn de padres y funcionarios y se diversificaron las opciones extracurriculares con la gestión de alianzas estratégicas con otras instituciones como: el ITM (Semillero de Biociencias y la U en mi barrio), La Universidad San Buenaventura (Prácticas docentes), la Universidad Luis Amigó (para el desarrollo de la investigación “Filosofía para niños”), Proantioquia (Mentorías para la rectora y acompañamiento en la apropiación del modelo pedagógico por parte de la comunidad educativa), actividades de embellecimiento Institucional (pintura y siembra) con apoyo de la Fundación Dividendo por Colombia, Banco Itaú, la Junta de Acción Comunal, la JAL y el Grupo ambiental de la Comuna 3. Sumado a esto, se han realizado inversiones para dotar los diferentes espacios con recursos tecnológicos y didácticos que posibilitan los procesos pedagógicos. En resumidas cuentas, las diversas actividades, decisiones administrativas Institucionales y alianzas estratègicas, han permitido la apropiación de los espacios, recursos y opciones pedagógicas institucionales, lo cual no fue una acción inmediata ni fácil de lograr; pero con el tiempo la comunidad Olayista, la empresa pública, la empresa privada y las personas del contexto, entendieron que “Todos somos el cambio”. Evidencia 15.1
“Todos somos el cambio” se constituye en una experiencia significativa dado que ha
logrado
aunar esfuerzos de toda la comunidad educativa, su entorno, personas y empresas
externas y convencer a cada uno de ellos, de que es necesario el trabajo
mancomunado y el cambio inicialmente personal y luego colectivo, para lograr una educación
con calidad, digna e inclusiva y así, transformar entre todos la Institución
Educativa Enrique Olaya Herrera en un lugar agradable para aprender, construir
y soñar juntos. Evidencia 16
Al hablar de logros, es importante destacar el evidente cambio de
mentalidad de la comunidad Olayista, quienes luego de una transformación tanto
en los procesos y prácticas pedagógicas, como en los espacios físicos de la
Institución, se concientizaron de
la necesidad de un cambio a nivel individual para el logro de un cambio
colectivo, conduciendo esto al fortalecimiento de las relaciones entre los
diferentes miembros de la comunidad educativa y su entorno. Es dable afirmar
que se comenzó a evidenciar aumento en la participación de los diferentes
miembros de la comunidad, quienes además de volverse más propositivos, se
vincularon a cada una de las actividades Institucionales desde las fortalezas
propias, permitiendo potenciar las habilidades de todos sus miembros.
Actividades como los foros de Convivencia, las jornadas de aseo y pintura, la
recolección de mercados y alimentos a familias de la Institución y a
indigentes, el empoderamiento de los líderes estudiantiles para dirigir
jornadas culturales y recreativas, el embellecimiento de aulas y zonas verdes,
entre otras, involucran artistas, amantes de la biblioteca, bailarines que
ensayan todo el día, estudiantes líderes, actores activos en los diferentes
proyectos, docentes, padres, funcionarios y egresados que quieren participar y
ayudar en todo y hacer de la Institución Educativa Enrique Olaya Herrera, un
escenario propicio para la convivencia y la inclusión. Evidencia 17, .
Como resultado de este empoderamiento, se ve ahora en la Institución estudiantes que
quieren
aprender, padres que dialogan con sus profesores, docentes y directivos que
aman lo que hacen, personal de apoyo logístico -aseo, restaurante, vigilancia,
secretarias, bibliotecaria- que proponen y trabajan por mejorar el servicio,
empresas y personas externas con las que se hacen vínculos y convenios para
aportar desde lo pedagógico y lo económico, egresados que no se desvinculan de
la Institución y participan en las actividades y personas que llegan a
ofrecer su ayuda desinteresada, porque
ven la Institución como un entorno protector donde se potencia la construcción
de tejido social.
Y como es de entenderse, al sentirse orgullosos y ver los cambios que se han tenido en la Institución y sus miembros, se genera un deseo de mostrar a todos los avances obtenidos. Por consiguiente, se hace difusión de cada una de las actividades y experiencias a través de la Circular Rectoral semanal, la cual se sube a las diferentes redes sociales con que cuenta la Institución y se pega física en la portería y los diversos espacios de comunicación. En ella, se hacen los reconocimientos de cada semana, estimulando a cada uno de los protagonistas.
Existen además, otros medios para la divulgación de las actividades y experiencias vividas: en atención a padres de familia los miércoles, en los procesos de inducción y reinducción a toda la comunidad educativa, en el encuentro general de los estudiantes en el patio, las direcciones de grupo, en la Emisora Cultural Olayista, en el periódico Ventana Mágica, en la página web institucional y en los grupos de Facebook; todo esto con el fin de informar sobre lo que vá sucediendo y seguir concientizando a todos de que el cambio es posible. Evidencia 11 y Evidencia 18
Por otro lado, los líderes estudiantiles han realizado la socialización de la experiencia “Todos somos el cambio”, con los líderes estudiantiles de las demás Instituciones de la comuna 3 y egresados de la IE, destacándose la participación en el encuentro “El líder sos vos” por segundo año consecutivo -evento en el cual quedaron de finalistas en el año 2017-. Evidencia 19
Se ha observado además, una disminución significativa en la cantidad de casos tratados por coordinación, rectoría o el Comité de Convivencia Escolar, pues a partir de la relación constante con el otro en las diversas actividades convocadas, se ha permitido que los estudiantes fortalezcan su capacidad de mediación ante los conflictos y su autocontrol ante situaciones que le generan tensión, mejorando el ambiente escolar y por ende, el desempeño académico. En este sentido, se puede evidenciar una tasa de aprobación mayor, pues en el año 2015 esta fue del 82% y durante el 2016 y 2017, fue del 87%. En esta misma línea, el nivel de deserción en el año 2015 fue del 5%, en el año 2016 disminuyó a 2.5% y en el año 2017 se terminó con una deserción del 1,3%, dando cuenta de esta manera, que si las Instituciones se convierten en escenarios posibilitadores de espacios de convivencia y autorrealización, pueden cambiar la realidad de sus individuos y de quienes los rodean. Evidencia 21
En cuanto a pruebas externas se refiere, se observa un incremento en
los promedios generales y la desviación estándar se moviliza hacia la derecha
mostrando más estudiantes con mejores resultados. Cabe mencionar que en el año
2015 el mejor resultado en pruebas Saber 11 obtuvo un puntaje de 320, seguido
por un puntaje de 288, en el año 2016, el mejor puntaje fue 307, seguido por un
puntaje de 301; y en el año 2017, el mejor puntaje fue de 393 seguido por 10
estudiantes con puntajes superiores a 300, lo cual da pie para afirmar, que
ahora los estudiantes de la Institución
Educativa Enrique Olaya Herrera, piensan que es posible a partir del esfuerzo,
llegar tan lejos como se lo proponen. Evidencia 22
“Todos somos el cambio” es una historia que no termina, al contrario, es un punto de partida para seguir soñando, porque esta historia de evolución, ha hecho que los estudiantes y egresados den cuenta de una transformación, evidenciándose esto en un incremento significativo de estudiantes que continúan su formación superior, mejores resultados en pruebas internas y externas, disminución de la deserción escolar e inasistencia a clases, niños y adolescentes más saludables que aprecian la alimentación escolar, exploran sus habilidades artísticas y profundizan en sus intereses y saberes, por lo que es dable concluir que son futuros ciudadanos transformadores de las realidades inmediatas, que a pesar del entorno hostil, promueven el reconocimiento del otro(a) y el establecimiento de límites y responsabilidades por los propios actos o comportamientos. En conclusión, no se trata de una actividad específica que convoca a los actores mencionados, se trata de un sentimiento y compromiso permanente, de un deseo de cambio constante y de una convicción colectiva de que todos son capaces de aceptar las diferencias del otro, en su pensar, sentir y actuar; de que es posible generar espacios donde todos participen y que el sueño de mejorar su calidad de vida y la de su comunidad, es alcanzable sólo si se entiende que “Todos somos el cambio”.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Echavarría Grajales, C. V. (2003). La escuela: un
escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral.
Revista Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud.
Herrera,
Institución Educativa Enrique Olaya. (Enero de 2018). Página oficial Institución
Educativa Enrique Olaya Herrera. Obtenido de
http://www.ieenriqueolayaherreramedellin.edu.co/
No hay comentarios:
Publicar un comentario